Durante los años 500 a 1500 DC la predicación fue perdiendo su primacía en la Iglesia hasta que llegó a desaparecer de su vida y obra. Y junto a esto, por supuesto, vino como consecuencia el decaimiento de la Iglesia. Para los tiempos de la Reforma Protestante del Siglo XVI la Biblia era un ejemplar raro disponible en las bibliotecas, monasterios y al alcance del clero interesado, pero no del pueblo. AI lado de la Biblia estaba la tradición eclesiástica y la infalibilidad papal como parte de su doctrina de la "sucesión apostólica".
Dos grandes hechos que usurparon la primacía de la Palabra fueron:
1. EI papado que al tomar el lugar de Cristo en la tierra como mediador entre Dios y los hombres, se convirtió en la voz de Dios para el pueblo. (Exactamente como sucede hoy, pero con el papado evangélico representado por los modernos apóstoles y profetas).
2. EI énfasis puesto en la misa como principal medio de gracia. La transubstanciación hizo pensar a la gente "que la gracia entraba por la boca" al ingerir el renovado sacrificio de Cristo por sus pecados.
La conversión de Lutero fue causada por la Palabra de Dios. La chispa de la Reforma tuvo que ver con su entendimiento de la Palabra de Dios: "De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como esta escrito: "EI justo vivirá por la fe"-Romanos 1: 17.
Las 95 tesis de Lutero (1517) eran un reclamo de la inconformidad de las doctrinas y prácticas de la Iglesia de Roma con la Palabra de Dios. La nota dominante de las 95 Tesis esta expresada en la #62: "EI verdadero tesoro de la iglesia es el Santísimo Evangelio de la gloria y gracia de Dios."
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La Reforma postuló como uno de sus lemas que marcan a la verdadera Iglesia de Dios "Sola Scriptura".
Tanto Lutero como Calvino siguieron un patrón de predicación bíblica cristocéntrica, y estaban seguros que lo único que ponía sobre ruedas la reforma, tanto en la Alemania de Lutero como en la Ginebra de Calvino era la predicación de la Palabra de Dios.
"Rev. Charles Terpstra (Protestant Reformed Church) demostró en un sermón posteriormente publicado como panfleto, Un Retorno a la Primacía de la Predicación, el hecho de que la Reforma del Siglo XVI fue determinante para retornar a la Iglesia lo que era su más desesperadamente necesidad: La primacía de la fiel predicación bíblica. Con ella seria restaurada la vida, doctrina y prácticas de la Iglesia.
"Creyendo que la principal tarea del oficio de pastor era la predicación, ellos establecieron escuelas y seminarios en los que los hombres fueran preparados para este trabajo. Lutero lo hizo en la Universidad de Wittenberg, y Calvino hizo lo mismo en la Academia en Ginebra." Y para que tengan una idea de cómo fue instituido en las Ordenanzas de Ginebra, esto era 10 que decía en cuanto a los deberes pastorales: "En las tres congregaciones se deberá predicar dos veces el domingo, y todos los días de la semana." Los sermones deberían ser de no menos de una hora, y usualmente, eran más largos.
LA PREDICACIÓN DE HOY EN DÍA
Algunos piensan que están cumpliendo su ministerio con predicaciones cortitas, entretenidas, chistosas, en las que la gente oiga lo que quieren escuchar, se rían, entretengan, se reafirmen en su ego o autoestima, y salgan contentos. En algunas iglesias, la predicación puede ser sustituida por un concierto, drama, danza o programa. En otras, la predicación es un complemento tenue de un buen programa. Algunos están convencidos de que en estos días es imposible lograr el crecimiento de la iglesia a menos que tengamos buena música, drama y danza, entre otras cosas. Con esto estamos negando la autoridad, inspiración e infalibilidad de la Palabra de Dios.
"Yo lo resumiría diciendo que la predicación sola es la que le puede comunicar la Verdad al pueblo, Y llevarlos a comprender sus necesidades y de la única satisfacción de sus necesidades. Las ceremonias y rituales, los cánticos y entretenimiento, y todo tu interés en la política y temas sociales no lo pueden hacer.” - Martyn Lloyd-Jones.
Para concluir escuchemos a Lutero:
"Así que debe ser un pecado grave el no escuchar el evangelio, y despreciar tal tesoro y tan rico banquete al cual hemos sido invitados. Pero es un pecado mayor no predicar el evangelio, y privar a tanta gente que estarían gozosos de escucharlo en vez de perecer... Por esta razón, es tan terrible y horroroso ser un obispo, pastor o predicador en nuestros días, pues nadie conoce este testamento ya, y ni mencionar que lo deben predicar; aunque este es su deber y obligación. Ellos ciertamente tendrán que responder por tantas almas que se pierden por tan débil predicación.”
¿Qué es la Homilética?
La palabra homilética viene del griego omilia que quiere decir hablar o conversar. En su uso particular el término "homilía" se utilizó para designar a "una plática basada en las Sagradas Escrituras". En su uso especializado homilética es la materia que trata de la preparación y exposición de los sermones bíblicos siguiendo los conocimientos retóricos que ayuden a su comunicación eficaz.La homilética es una ciencia por cuanto posee un campo definido de estudio, sus propios métodos, conocimientos particulares y formas de comprobación.
La predicación es un don que corresponde a la ministración de la Palabra de Dios en virtud de una gracia o dotación particular del Espíritu Santo para esta tarea.
La predicación es una disciplina por cuanto se puede llegar a adquirir una mentalidad homilética mediante el uso persistente y aplicación de los conocimientos homiléticos.
La homilética es un arte por cuanto todo sermón homiléticamente preparado y expuesto tiene cierta belleza. Es una obra de arte. Por eso es que a la retórica se la denomina "el arte de hablar bien”.
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